domingo, 24 de mayo de 2009

BESTIARIO 01

En esta sección iré subiendo cada uno de los relatos del gran libro lleno de mordacidad y elocuencia que es Bestiario de Juan José Arreola.




Juan José Arreola (1918-2001), figura clave de las letras mexicanas, es uno de los escritores más reconocidos en el ámbito internacional; no sólo por su peculiar sentido del humor y su habilidad para borrar las fronteras entre la realidad y la fantasía, sino también por la precisión de sus metáforas.
Heredero de la estética vanguardista, supo darle un vigor sorprendente al género del micro-relato en textos en los que retrató conversaciones literarias, juegos de escrituras y magias irrepetibles. Como ilusionista nos instaló en lo fantástico con la elegancia de un viejo rey ajedrecista. (http://cvc.cervantes.es/actcult/arreola/)

"Ama al prójimo desmerecido y chancletas. Ama al prójimo maloliente, vestido de miseria y jaspeado de mugre.
Saluda con todo tu corazón al esperpento de butifarra que a nombre de la humanidad te entrega su credencial de gelatina, la mano de pescado muerto, mientras te confronta su mirada de perro.
Ama al prójimo porcino y gallináceo, que trota gozoso a los crasos paraísos de la posesión animal.
Y ama a la prójima que de pronto se transforma a tu lado, y con piyama de vaca se pone a rumiar interminablemente los bolos pastosos de la rutina doméstica"
Juan José Arreola (Prólogo de Bestiario)


EL RINOCERONTE

El gran rinoceronte se detiene. Alza la cabeza. Recula un poco. Gira en redondo y dispara su pieza de artillería. Embiste como ariete, con un solo cuerno de toro blindado, embravecido y cegato, en arranque total de filósofo positivista. Nunca da en el blanco, pero queda siempre satisfecho de su fuerza. Abre luego sus válvulas de escape y bufa a todo vapor.
(Cargados con armadura excesiva, los rinocerontes en celo se entregan en el claro del bosque a un torneo desprovisto de gracia y destreza, en el que sólo cuenta la calidad medieval del encontronazo.)

Ya en cautiverio, el rinoceronte es una bestia melancólica y oxidada. Su cuerpo de muchas piezas ha sido armado en los derrumbaderos de la prehistoria, con láminas de cuero troqueladas bajo la presión de los niveles geológicos. Pero en un momento especial de la mañana, el rinoceronte nos sorprende: de sus ijares enjutos y resecos, como agua que sale de la hendidura rocosa, brota el gran órgano de vida torrencial y potente, repitiendo en la punta los motivos cornudos de la cabeza animal, con variaciones de orquídea, de azagaya y alabarda.

Hagamos entonces homenaje a la bestia endurecida y abstrusa, porque ha dado lugar a una leyenda hermosa. Aunque parezca imposible, este atleta rudimentario es el padre espiritual de la criatura poética que desarrolla en los tapices de la Dama, el tema del Unicornio caballeroso y galante.

Vencido por una virgen prudente, el rinoceronte carnal se transfigura, abandona su empuje y se agacela, se acierva y se arrodilla. Y el cuerno obtuso de agresión masculina se vuelve ante la doncella una esbelta endecha de marfil.


"Su campo de acción es el ser humano, ya que su aproximación al mundo de los animales se cobija en Jonathan Swift y las bestias sugieren conductas de hombres; sin embargo, las descripciones son portentosas y no sólo incluyen los símbolos naturales sino visión poética y conocimiento intuitivo" José Agustín



Este y demás relatos los pueden encontrar en:
Juan José Arreola; Bestiario; Booket; 2006

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